viernes, 27 de junio de 2014

Intocable

Si ahora el verano me deja, volveré a leer. Apuré el otro día el final de Intocable (de Éric Toledano y Olivier Nakache) en televisión. Antes de intentar buscarla y ver el principio de la misma para poderla ver completa, antes que ni si quiera, en realidad, plantearme todo aquello, vi el libro.

El original. Las memorias del protagonista: los libros de Philippe Pozzo di Borgo. Lo cogí de su estante, lo palpé con cuidado. Pagué y cuando llegué a casa -después de llevarlo todo el camino de casa entre las manos, escudriñando el fotograma de la portada- lo dejé en la mesilla que asiste el centro del comedor.

Abrí una cerveza bien fría. Corrí el ventanal del comedor. Me tumbé en el sofá. 

Comencé a leer. Y todavía sigo: inmerso en una lectura que no sé cuando se acabará... aunque supongo que pronto: las páginas van cayendo al ritmo de la brisa que se adentra en casa. A su ritmo.

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