sábado, 5 de julio de 2014

Y pare Madrid...

22:30 - Bellvitge
"basura para aburrir, producto del gasterío
en el río to los peces llevan casco"



Me siento en una mesa. Dos libros. Folios, un permanente. Una cerveza. Escribo de lo que no debería escribir y de quién he visto instantes antes de montar en el tren, por accidente, en el andén que había al otro lado. Reniego y bebo un trago largo. La frustración en forma de voz inglesa, proveniente de Turquía. Cena de dos: motivos del viaje. Política. De qué conozco yo Turquía. Por qué Catalunya quiere ser independiente. Lección de historia y derecho. Diez minutos después somos tres. Y tras pasar quince minutos de esos diez minutos somos dos. Buenas noches.

23:30 - Reus
"...que ir y venir hay en su piel y en sus adentros:
vivir y morir al mismo tiempo"

Un pobrehombre juega con latas de cerveza a ser entrenador de fútbol. Otros intentan matar el apetito asesinando a la vez a su cartera en la cafetería del tren. Se cumple una hora de conversación sobre futuro, estudios. Queda claro que la noche va a ir de letras. 

Pasada medianoche
Interrumpo. Saco otra vez el permanente: escribo. No sé por qué pero lo hago. En medio minuto tengo hecho un poema. Lo releo. Corrijo una errata. Rompo el folio y lo dejo encima de la mesa: ahí se queda. Pese a todo seguimos hablando: salen las letras. También autores. Hay quien ataca -en el sentido más cariñoso de la palabra- con poetas franceses y Keats. Contraataco con poesía lusa del siglo XX, alguno del XXI. Comparamos y nos enriquecemos mutuamente. Digo cuatro nombres, cuatro nombres adalides del recuerdo, de quién me los enseñó (gracias, Ángel). Los apunto. Seguramente ese papel ya se haya extraviado, pero me encanta tentar a la suerte. 

02:57 - Zaragoza Delicias
"...y empieza a rugir el movimiento"

Suena la música. Apunto un grupo. Se van uniendo gustos y preferencias: creo que la noche no va decayendo. Creo que la noche es como me la esperaba; llena de letras, pero no de voces y eso me sorprende para bien. Por primera vez en mucho tiempo he conseguido escribir algo de golpe. Pero no es suficiente: dibujo una flor ardiendo. Un crucigrama. Un problema matemático con tres incógnitas (c, x y v) que me convierte en un Fernández-Mallo de andar por casa. Escribo algo más pero no me acuerdo...

04:30 - Yo qué coño sé en donde ya...
"...crece el reino del acero y el cemento,
el asfalto crece rápido en el campo..."

El cansancio va ganando la batalla de las letras. Una despedida breve. Creo que ha habido un abrazo. Recibo un cable de teléfono con olor a cítrico: dice que espantan a los insectos, pero yo ya os aseguro que capta la atención para escribir: porque aísla y concentra; ofreciéndome la mayor de las virtudes que uno necesita para escribir: el saber estar ahí pese a no estar... leer los labios pese a no verlos porque uno los tiene en la mente. No puedo dormir pero pienso en Moncloa, Antonio Machado, casas rurales, termosolares y Malasaña. Y en Carmen -¿de Bizet?-. Y sonrío tímidamente.

07:02 - Cercanías de Madrid
"se despierta la gente, su ajetreo y su rutina
y a la vuelta de la esquina amanece"

Los sueños no existen: son una prolongación metafísica del subconsciente. Me enderezo. Camino como un borracho -culpa del traqueteo del tren hacia el lavabo- Toso. Bebo agua mientras veo como el hormigón grafiteado va comiendo terreno al campo. Estaciones de Cercanías desiertas, periódicos que pueblan la vía cayéndose al compás de que una bruma se levanta, una patada suave en una maleta de ruedas...

La gesta más loca. La gesta más bella.

Y pare Madrid,
un montón de sueños para no dormir...

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